No todos los pacientes tienen definidos sus deseos o necesidades cuando acuden al consultorio del cirujano plástico. De hecho, muchos pacientes formulan preguntas como: "¿qué me hace falta, doctor?" "¿usted qué me recomienda?" "cuál de todas las alternativas se ajustan mejor a mi caso?"
Otros pacientes, al contrario, tienen muy claro lo que quieren y, directamente, te solicitan un procedimiento concreto o varios. Por ejemplo: "Doctor, quiero que me opere las arrugas de la frente, o que les aplique un relleno para que no se me noten nunca más.
¿Cómo seleccionamos los tratamientos que más podrían beneficiar a un paciente? Para empezar, debemos conocer la ciencia de los tejidos del cuerpo: su anatomía, su función, sus diversas enfermedades y su proceso de envejecimiento natural.
Anatómicamente, nuestros tejidos se organizan por capas, en un orden similar a las capas de una cebolla. Los tratamientos estéticos y reconstructivos existentes en cirugía plástica están diseñados en base a dicha organización.
Si una persona sufre una herida que compromete la piel, solo ésta necesitará reparación. Si el daño está más allá de la piel, habrá que reparar grasa, músculos, nervios, vasos sanguíneos, huesos... aumentando la complejidad del tratamiento según cuantas más capas de tejidos estén involucradas.
Cuando reconstruimos un seno que fue extirpado por cáncer, utilizamos tejidos de la misma paciente que contienen grasa, vasos sanguíneos, piel, etcétera, con técnicas que nos permiten llegar a una recreación bastante aproximada de la estructura original ausente.
De la misma manera, el proceso de envejecimiento normal de los tejidos puede prevenirse aplicando tratamientos a las diferentes capas de tejidos: piel, grasa, músculos, huesos... y el mismo principio es utilizado para las modificaciones realizadas durante las cirugías plásticas.
Por ejemplo, las arrugas de la cara encuentran su causa incipiente en los músculos de la expresión facial. Entonces, inyectamos Botox en la capa de músculos faciales para relajarlos y evitar que las arrugas sean excesivas y/o se vayan pronunciando con el tiempo. Podemos decir, entonces, que el Botox no es un tratamiento para la piel, sino para los músculos que están por debajo de ella.
Si tienes manchas o cicatrices en la cara, aplicaremos tratamientos para la piel, como por ejemplo cremas, peelings, lásers, dermoabrasiones, radiofrecuencia superficial y/o profunda, etcétera. Diremos entonces que estos tratamientos mejoran la piel, pero no harán casi nada por la capa de grasa o por la de músculos situadas por debajo de ella.
Si te falta volumen en alguna zona de tu cuerpo, podemos usar implantes, como los mamarios, para reponer ese faltante y dar armonía a tu silueta. Por el contrario, si tienes exceso de volumen, podemos retirarlo con técnicas tales como la liposucción. Los implantes se colocan en capas profundas de tejidos. La liposucción se centra en la capa grasa de la región a tratar. Como ves, todos los tratamientos se basan en las capas de tejidos que conforman nuestro cuerpo.
Existen muchas alternativas, quirúrgicas y no quirúrgicas, destinadas a dar solución a las necesidades de cada paciente. Acude con un cirujano plástico para que te de sus recomendaciones, escúchalas con atención y nunca te quedes con dudas.
No te tomes demasiado en serio las opiniones de médicos que no se dediquen de lleno a la cirugía plástica y medicina estética, ni mucho menos consideres opiniones de gente que no sea médico, ni aquellas encontradas en foros de Internet, donde una gran mayoría de los comentarios plasmados se basan en cultura popular, chismes y desinformación, careciendo de sustento científico y experiencia real en esta profesión.
Si quieres saber más de un procedimiento determinado, la mejor opción que tienes es la segunda opinión, es decir, preguntar a otro o a otros cirujanos plásticos, ya sea directamente en su consultorio o a través de los blogs que muchos de nosotros ofrecemos de manera gratuita por Internet.
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